Compartimos la ponencia de Irma Antognazzi, Directora del GRUPO DE TRABAJO HACER LA HISTORIA, presentada en el marco de la I Semana de la Rep. Bolivariana de Venezuela en Argentina, que tuvo lugar del 19 al 24 de Junio de 2012.
Irma Antognazzi compartió la mesa y panel de debate Conversatorio "Venezuela hacia el Socialismo en el Siglo XXI", con el Embajador de la República Bolivariana de Venezuela, Gral. de Brigada (EJ.) Carlos E. Martínez Mendoza y el filósofo mexicano, Fernando Buen Abad.
A continuación, el texto completo de la ponencia.
Compartimos la ponencia de Irma Antognazzi, Directora del GRUPO DE TRABAJO HACER LA HISTORIA, presentada en el marco de la I Semana de la Rep. Bolivariana de Venezuela en Argentina, que tuvo lugar del 19 al 24 de Junio de 2012.
Irma Antognazzi compartió la mesa y panel de debate Conversatorio "Venezuela hacia el Socialismo en el Siglo XXI", con el Embajador de la República Bolivariana de Venezuela, Gral. de Brigada (EJ.) Carlos E. Martínez Mendoza y el filósofo mexicano, Fernando Buen Abad.
A continuación, el texto completo de la ponencia.
Venezuela hacia el socialismo del siglo XXI[1]
Por Irma Antognazzi[2]
El programa del Socialismo Bolivariano contempla cinco (5) grandes objetivos históricos:
I. Defender, expandir y consolidar el bien más preciado que hemos conquistado después de 200 años: LA INDEPENDENCIA NACIONAL.
II. Continuar construyendo el Socialismo Bolivariano del siglo XXI, como alternativa al sistema destructivo y salvaje del capitalismo y con ello asegurar la “mayor suma de seguridad social, mayor suma de estabilidad política y la mayor suma de felicidad” para nuestro pueblo.
III. Convertir a Venezuela en un país potencia en lo social, lo económico y lo político, dentro de la Gran Potencia Naciente de América Latina y el Caribe, que garanticen la conformación de una zona de paz en Nuestra América.
IV. Contribuir al desarrollo de una nueva Geopolítica Internacional, en la cual tome cuerpo un mundo multicéntrico y pluripolar que permita lograr el equilibrio del Universo y garantizar la paz planetaria.
V. Preservar la vida en el planeta y salvar a la especie humana.
Es un programa desde Venezuela para la región y el mundo pero agrega...
La CONSOLIDACIÓN DE NUESTRA INDEPENDENCIA “…nos permitirá sentar las bases de la IRREVERSIBILIDAD DE LA SOBERANÍA NACIONAL”. Pero además agrega “(…) ¡Todo dependerá de nosotras y nosotros, de nuestra claridad ideológica en la teoría y en la práctica, de nuestro compromiso con la eficiencia y eficacia del trabajo encomendado...” Apela a formar y convocar al sujeto de la construcción de la nueva sociedad, al pueblo como hacedor de la historia. Allí radica la diferencia esencial con la democracia burguesa representativa en que los gobiernos piden a los pueblos que los voten, que los sigan, que crean en sus promesas.
El presidente Chávez agrega al término Socialismo del Siglo XXI una caracterización más precisa al apelar a su raíz histórica y llamarlo Socialismo Bolivariano, experiencia histórica de pueblo y gobierno, un fenómeno civilizatorio que revoluciona la organización social, cultural, política, económica de la sociedad, y fundamentalmente el tipo de estado porque pone en juego la cuestión del poder sustentado en el protagonismo popular consciente.
Aunque el capitalismo produce contradicciones que favorecen su ruptura y el surgimiento de nuevas ideas y posibilidades materiales, su definitiva liquidación y una sociedad socialista requieren conciencia, -con- ciencia- y organización. La humanidad está recorriendo una etapa de transición. Hace más de 100 años que lo está intentando, tomo como punto de arranque la Comuna de París. Es el desafío que está transitando el pueblo de Venezuela y otros pueblos de nuestra América Latina y el Caribe.
En ese tránsito se va moviendo la correlación de fuerzas sociales al punto que el crecimiento del poder popular puede llegar a privar de poder político a los grupos de poder financiero. Porque un rasgo esencial, un epíteto del socialismo del siglo XXI es la democracia en su más completo significado: el poder del pueblo que se exprese en las urnas pero consolidado materialmente y que como tal llegue a colocar legalmente las nuevas reglas del juego que lo favorecen. Los pueblos de América Latina después de sufrir los golpes de estado militar financiero de los años ‘80, y las consecuencias de las políticas neoliberales genocidas; después de experimentar las restricciones de las democracias llamadas “posibles”, empiezan a experimentar las posibilidades que abren las democracias con poder popular, con ejercicio cada vez más pleno del protagonismo de grandes sectores sociales constructores de su propia historia. Y si hay un ejemplo, un caso emblemático que vino a despabilar a otros pueblos de Nuestra América, es el caso de la República Bolivariana de Venezuela.
Socialismo del S. XXI y democracia popular son inseparables. Allí radica el carácter revolucionario del proceso. Es el salto histórico en que los pueblos configuran una mayoría, no sólo cuantitativa sino cualitativamente diferente, al avanzar en conciencia y organización.
La historia de las sociedades humanas no se hace sola ni viene hecha ni predeterminada por dioses o demonios. Los pueblos hacen la historia pero en el presente sin protagonismo consciente y organizado no se podría superar revolucionariamente el capitalismo. Sin esas condiciones se dificultaría superar el mero acto de ejercer el derecho al voto en el marco de la democracia representativa. Justamente la formación de la conciencia por el socialismo es una de las palancas centrales del plan político del Socialismo Bolivariano. El presidente Hugo Chávez insiste acerca de difundir, convencer, trabajar ampliamente sobre los logros de la revolución ya que no son solamente para los más necesitados o los que siempre fueron los más desprotegidos, explotados y oprimidos. El Socialismo Bolivariano es para todo el pueblo y como tal, todo el pueblo debe tomarlo en sus manos.
No alcanza con hacer un completo programa de gobierno como suelen elaborar partidos del sistema de las democracias representativas. De lo que se trata es poder hacerlo efectivo. Para eso es necesario contar con el sujeto que lo llevará a cabo, un pueblo decidido a protagonizar su historia. La puesta en acto del programa requiere trabajo político, educación, formación, abrir las mentes, romper prejuicios, sacar máscaras y destapar falacias.
El gobierno y el pueblo de la República Bolivariana de Venezuela van constituyendo un proceso donde la fuerza de las masas populares organizadas y con presencia activa en el escenario del presente, van cambiando la correlación de fuerzas sociales con respecto a los sectores que tradicionalmente detentaron el poder del estado. Es revolucionario porque el pueblo tiene poder y es consciente de eso. No son meras palabras. Aquel momento memorable en 2002 cuando el pueblo se autoconvocó para rescatar a su presidente preso da cuenta a las claras que sabía que el curso de la historia estaba en sus manos. Muchos de ellos llegaron a darse cuenta que estaba en sus manos también el curso de la historia de nuestra América. Hechos como ese dan la pauta de los nuevos fenómenos sociales que muestran la confianza mutua de los pueblos y sus gobiernos cuando están construyendo juntos poder popular.
El camino hacia el Socialismo del Siglo XXI refleja nuevos contextos históricos donde surgen formas de participación ciudadana en el control y manejo de las cuestiones públicas; revitaliza el papel de la información y la comunicación responsables. La existencia de Telesur abre el espacio propicio para la batalla de las ideas en toda la región. Las formas de autogestión en procesos productivos y administrativos promueven la construcción de un estado que refleja los intereses mayoritarios de la población que asienta su poder material en la propiedad y / o control del patrimonio nacional y de las empresas estratégicas.
El presidente Hugo Chávez reconoce al pueblo como “el soberano”, como sujeto de poder y por tanto, como sujeto histórico del Socialismo del S. XXI. “Todo el poder al pueblo”, reafirma, viviendo un gigantesco movimiento dialéctico de la historia, trazando esa curva desde las primeras guerras por la independencia en el siglo XIX hasta el presente donde se está haciendo realidad aquella frase pergeñada en las nacientes de las sociedades burguesas. “El pueblo es el soberano”.
Si bien el término Socialismo del S. XXI fue originado en Venezuela el fenómeno revolucionario bolivariano se nutre de la experiencia histórica de Cuba, y lleva dentro la superación dialéctica de todas las experiencias revolucionarias del continente de los años 60/70; surge de la demanda acuciante de los pueblos por superar los terribles efectos del imperialismo manifestados masivamente en las dictaduras financiero - militares y con la implantación de las políticas neoliberales de los `80 /`90 y el terrorismo de estado que utilizó para imponerlas.
La esencia del Socialismo del S. XXI, y más precisamente del Socialismo Bolivariano es la democracia con poder popular al elevar el nivel de protagonismo y de participación social para remover viejas estructuras y construir nuevas bases materiales y conciencia colectiva coherentes con el estado del pueblo. Propicia igualdad, equidad y justicia social, elevación generalizada del nivel de vida porque busca la felicidad del pueblo y la paz de la región y del mundo.
El S. del S. XXI se plantea como oposición, como superación y como innovación con respecto a los regímenes autoritarios impuestos por la oligarquía financiera y a todas sus fachadas pseudo democráticas. Pero también se propone ser una alternativa superadora de las formas burocráticas que han implementado ciertas experiencias socialistas y ciertos partidos llamados de izquierda. Estos cambios no podrían darse de manera automática. La ciencia de la historia nos señala que serán producto histórico de la nueva sociedad por ahora en construcción.
El S. del S. XXI pone en juego la cuestión del poder del estado. Es una forma de tránsito en que el pueblo construye un estado distinto al de los grupos financieros que han fusionado su poder económico con el poder político del estado. Lenin propone utilizar el concepto de Capitalismo Monopolista de Estado, fenómeno que hemos vivido en nuestros países latinoamericanos y que ahora empiezan a descubrir en carne propia los pueblos español, portugués y griego.
En el S. del S. XXI es el estado popular quien pone las reglas del juego desde donde propicia relaciones cooperativas, democráticas y solidarias a lo interno y con el resto del mundo. Es una alternativa superadora del capitalismo liberal y de las formas inhumanas del imperialismo; una transición hacia formas superiores de organización social. El estado de poder popular de la República Bolivariana de Venezuela traza estrategias para modificar la correlación de fuerzas entre los pueblos y los intereses imperialistas. La fundación del ALBA, la fuerza para sostener la UNASUR, el MERCOSUR, la CELAC, la propuesta para concretar el Banco del Sur y las políticas de defensa de nuestra región; la permanente preocupación por el logro de la soberanía plena impidiendo la injerencia en los asuntos internos por parte de potencias extranjeras, los acuerdos comerciales y diplomáticos con criterios soberanos son algunos de los muchos ejemplos en marcha.
La construcción del S. del S. XXI se produce en medio de un conflictivo entramado de fuerzas: por un lado los intereses económico-financieros locales y transnacionales que tratan de frenarlo. La oligarquía financiera es consciente de los intereses que defiende y dispone de intelectuales a su servicio para justificarse ante el conjunto social y lograr consenso.
La batalla de ideas se encuentra con otra gama de intelectuales que suelen definirse marxistas o de izquierda pero que sostienen visiones formalistas, abstractas, no dialécticas, que reniegan de las simples y variadas formas de transiciones posibles, de las novedosas creaciones que los pueblos son capaces de desarrollar. Imaginan una revolución de una vez y de repente, un salto rotundo y repentino que dejaría atrás a la vieja sociedad de manera absoluta. En suma reniegan de la dialéctica y también del materialismo pues apuestan al todo o nada por fuera del tiempo y del espacio históricos. Con sus discursos y sus prácticas, resultan un obstáculo en el proceso de transición al socialismo al dar señales confusas, falaces y erróneas que son aprovechadas por los enemigos de los pueblos.
Los valores que propicia el Socialismo del siglo XXI, y el Socialismo Bolivariano, solidaridad, justicia, verdad, participación, una nueva legalidad, son formas ideológicas tendientes a posibilitar la construcción de esa nueva sociedad y del nuevo hombre. Ese hombre y sus valores, su formación, su cultura son históricos. La nueva sociedad requiere dedicarle grandes esfuerzos a su formación, para ir acercando cada vez más los cambios en la base material y subjetiva del conjunto social a todos y cada uno de sus miembros.
El Encuentro de Profesionales, Técnicos e Intelectuales Bolivarianos. En mayor de 2005 manifestó…. “El socialismo del Siglo XXI se convierte en la gran insurgencia de los colectivos humanos, actores protagónicos de una transformación y superación cualitativa de la realidad, que a conciencia van plenamente generando una revolución de revoluciones … desplegando las fuerzas de las grandes iniciativas y creatividad humana.”
El Socialismo del siglo XXI no es una propuesta caprichosa sino que se ha generado en la historia que la humanidad viene haciendo. Es una necesidad histórica.
¿Cómo se llega a constituir una nueva sociedad? ¿Cómo llega Venezuela a ponerse en camino de lograrlo? Profundizar en el análisis de este nuevo fenómeno histórico es una demanda a la ciencia de la historia que brinda la idea de proceso histórico y no una mera sucesión de hechos aislados y fortuitos. Pero también requiere apelar a la memoria colectiva ¿Es posible acaso olvidar las políticas neoliberales de los años 80 y pasar por alto la explosión de masas que fue el Caracazo? ¿Olvidar a Bolívar, San Martín, Sucre, Monteagudo y las guerras de la independencia? ¿Olvidar el alzamiento de los militares patriotas de 1992 que abrió una luz ante el pueblo? Uno de los más grandes aportes de la Revolución Bolivariana es estar anclada en la historia, beber de sus raíces.
Otro aporte teórico con fuertes raíces históricas es el concepto de revolución. El proceso de transición es necesario y las revoluciones son posibles. La dialéctica explica los saltos cuanti y cualitativos. El socialismo del siglo XXI lleva adentro lo esencial de la teoría marxista y los aportes de Lenin sobre la transición al socialismo.
La Democracia Revolucionaria Antiimperialista es el sistema político de la etapa de transición de ruptura del capitalismo. La política de poner bajo control del estado popular al capital extranjero o nativo aun siendo monopólico no es signo de debilidad sino del conocimiento de hasta dónde es necesario y hasta dónde posible admitirlos según la correlación de fuerzas. Lo que se está modificando en la transición, precisamente, es la correlación de fuerzas hacia la construcción de un estado de nuevo tipo, ¿quién tiene poder?, ¿cuánto poder? ¿Qué base material tiene el poder? ¿Poder para hacer qué? Y entonces esta correlación de fuerzas en trance de cambio conduce a pensar la revolución no necesariamente el salto abrupto y absoluto del capitalismo al socialismo sino del poder de la burguesía financiera (o las formas que adopte) al poder popular, amplio espacio donde conviven con los sectores tradicionalmente postergados, también capas medias urbanas y rurales y sectores de la burguesía industrial, comercial, agraria que han descubierto que objetivamente el gran poder financiero es su gran enemigo de clase y no los sectores trabajadores, obreros y demás asalariados. Por eso en esta etapa de transición hacia el socialismo del siglo XXI conviven sectores sociales diversos, porque la democracia popular abre posibilidades para ampliar la base social de los proyectos revolucionarios, da condiciones para ampliar y profundizar la conciencia social, crecimiento en educación en general pero además en formación científica y política. El Socialismo Bolivariano del siglo XXI ha permitido que muchos millones de venezolanos vivan mucho mejor que antes, que tengan condiciones dignas de trabajo y de vida y que tengan posibilidad de seguir afianzando esa misma dirección histórica.
La unidad dialéctica reforma- revolución no ha sido suficientemente explorada. Por esos resquicios se cuelan muchas de las críticas de quienes se autotitulan de “izquierda”. Quizás porque se antagonizan “reformismo” y “revolucionarismo”, pero la unidad dialéctica del movimiento de las sociedades es reforma- revolución. Toda revolución lleva adentro reformas pero no toda reforma lleva adentro necesariamente el objetivo de la revolución que cambie de manos el poder del estado. Si faltara dicho objetivo estratégico revolucionario, se trataría meramente de reformismo. Cuando el gobierno de Venezuela nacionaliza la empresa petrolera y la de teléfonos, cuando funda las Misiones y las sostiene y las renueva en el tiempo, cuando se esfuerza por informar y formar políticamente al pueblo, etc. lleva adentro en cada política, el objetivo de avanzar hacia el poder popular. Cada una de esas medidas están en camino de, son pasos hacia. Son revolucionarias porque llevan adentro la el carácter de clase del sujeto protagonista de la historia; la estrategia de poder popular; apuntan al fortalecimiento del estado para enfrentar el poder financiero imperialista y para estar en condiciones de demoler las bases del capitalismo Son medidas que forman una trama entre sí. Responden a una nueva lógica del mismo modo que la Constitución de la Venezuela Bolivariana no podría ser modificada en algún artículo por sus enemigos sino que deberían derogarla entera, si pudieran, como intentaron en el golpe del 2002.
Las políticas para ganar conciencia de los cambios necesarios para llevar adelante el proyecto Bolivariano se dan desde el inicio pero particularmente desde la fundación del Partido Socialista Unido de Venezuela en marzo de 2008. Su objetivo antiimperialista, democrático y anticapitalista guía los pasos de su organización interna y formación de sus miembros. Es una formidable herramienta de masas, un partido que se da la batalla para romper la forma burocrática de muchos partidos llamados de izquierda y los del sistema de la democracia representativa. El PSUV es un cuerpo activo por la formación de conciencia de sus propios militantes para que a su vez sean multiplicadores de las ideas del socialismo y difusores de las prácticas del imperialismo contra el pueblo. Pero la revolución socialista no podría avanzar solamente con el crecimiento de la conciencia social colectiva. Necesita el desarrollo de la base material. En este sentido el gobierno bolivariano ha aplicado desde sus inicios políticas de modificación de las condiciones materiales de los sectores más golpeados por el neoliberalismo y a su vez políticas para desarrollar la economía productiva y las herramientas de la administración pública.
Desde el Plan Bolívar 2000, plan cívico-militar, se continuó con las Misiones: alfabetizar (misión Robinson); educación básica (Misión Ribas); estudios universitarios (misión Sucre); involucrar a la educación superior en el desarrollo cultural, sociopolítico y sociocomunitario (misión Cultura); despertar en los habitantes el interés por los bosques, el equilibrio ecológico y la recuperación de espacios degradados (misión Árbol); modelar una nueva cultura científica y tecnológica (misión Ciencia); dotar las zonas pobres de dispensarios de salud (misión Barrio Adentro); la operación de afecciones de la vista de forma gratuita a los ciudadanos de menos recursos económicos (misión Milagro); embellecer los lugares públicos y construir viviendas (misión Hábitat); red de mercados y supermercados que permiten la mejor distribución y almacenamiento de alimentos a bajos y mejores precios (misión Mercal); mejorar las condiciones de las etnias minoritarias y marginadas (misión Guaicaipuro); agilizar el trámite de los documentos de identidad del ciudadano común (misión Identidad); promocionar las actividades agrarias, que tradicionalmente habían sido postergadas (Vuelta al campo); ayudar a todos los niños y niñas de la calle que sufren el embate de la pobreza (misión Negra Hipólita); apoyar a las amas de casa en estado de necesidad, a fin de que, junto con sus familias, superen la situación de pobreza extrema mediante su incorporación a programas sociales y el otorgamiento de una asignación económica (misión Madres del Barrio). Una nueva serie de Misiones que involucran cada vez a más sectores sociales: Gran Misión AgroVenezuela, dar a pequeños y medianos productores los insumos necesarios para la actividad agrícola en la producción alimentaria; Gran Misión Vivienda Venezuela, fue creada en el mes de Abril de 2011 en respuesta a la crisis habitacional que enfrenta el país de casi 2.000.000 de vivienda. Gran Misión En Amor Mayor, para atender a los abuelos en situación de pobreza o que no tuvieron posibilidad de tener aportes jubilatorios para alcanzar una jubilación o pensión. Gran Misión Hijos e Hijas de Venezuela, para combatir la pobreza extrema en familias de escasos recursos. Gran Misión Saber y Trabajo, dedicada a la formación de oficios, técnica y profesional para cubrir desde el 2011 hasta el 2018 tres millones de nuevos empleos.
Todas las medidas apuntan a crear condiciones para el socialismo: hacia la socialización de la propiedad de la tierra y de los demás medios de producción, con la creación de cooperativas y empresas mixtas entre el Estado y los pequeños productores, todo lo cual va sentando las bases para la posterior transformación de la propiedad privada. Es insoslayable la influencia que ha desempeñado en este proceso la acción internacional del gobierno en su política exterior, que ha posibilitado incrementar las áreas de comercio e intercambio hacia zonas de importancia para la economía mundial (China, Rusia, India, Irán, Argentina, entre otros).
La puesta en marcha de la Revolución Bolivariana le ha restado influencia económica y poder político a la oligarquía. Por lo cual no es de extrañar ni de subestimar la virulencia de la oposición. También es importante advertir que no es tarea fácil lograr eficacia y eficiencia en todas las nuevas empresas y en la aplicación de las nuevas políticas de gobierno. Como dijimos los procesos históricos son complejos y para que las novedades de la transición hacia el socialismo funcionen exitosamente requieren ir creando al nuevo hombre consciente de que sin su protagonismo activo pueden desviarse los objetivos.
No hay socialismo posible sin un desarrollo de las fuerzas productivas de tal magnitud que permita avanzar en equidad y en igualdad de oportunidades. Como vimos ese plano está abordado claramente. También el de la formación científica, política e ideológica en el cual no se abandona la batalla de las ideas. Pero en medio de este profundo y complejo proceso revolucionario ha habido dos grandes pasos que sostienen el proyecto político bolivariano. Uno; los planes de formación política e ideológica y no sólo militar de las FFAA para defender la revolución popular sobre todo a partir del intento golpista del 2002 donde hubo alguna participación de militares contrarrevolucionarios. Y esto porque ese gobierno y su pueblo tienen claro quién es el enemigo de clase del conjunto del pueblo y de qué recursos puede echar mano para desviar, entorpecer y hasta aniquilar los procesos revolucionarios; qué es el imperialismo y sus sectores de poder y como están dispuestos a actuar para borrar del mapa todo avance de los pueblos que signifique arrancar de raíz la sociedad capitalista.
El proceso de construcción del S del Siglo XXI no inventa conflictos. El conflicto está en la base de las injusticias y en la falta de equidad social en los mecanismos intrínsecos al capitalismo. Al intentar resolver esos problemas, se tocan intereses materiales de los sectores que tienen privilegios y quieren conservarlos; los mismos que en otras épocas apelaron a la represión salvaje y estatal y que hoy reniegan de la democracia popular que califican como autoritaria y falta de libertades. Así como en los 80 tuvieron las FFAA como su brazo armado del poder financiero, hoy tienen su brazo ideológico en sus empresas de medios de comunicación masivos y su penetración en universidades.
El socialismo del siglo XXI se está inventando como siempre ocurre en la historia. El tránsito hacia el socialismo en marcha en Venezuela hizo pensar en la fundación de un partido político que organice a quienes estaban consustanciados con el proyecto y dispuestos a dar la lucha ideológica y política para afianzar el socialismo. Volver a hablar de vanguardia provoca escozor en algunos a la luz de experiencias históricas que no han dado los resultados esperados en los años 70. Sin embargo, la historia no puede invalidar experiencias que siempre son distintas porque los contextos a su vez han cambiado totalmente. El presidente Hugo Chávez advirtió que era necesario un partido de la revolución bolivariana. La propuesta logró el apoyo de diversos partidos de la izquierda venezolana que fueron la base de la fundación del Partido Socialista Unido de Venezuela. El proceso de creación del partido tuvo uno de sus momentos más importantes en las inscripciones para aspirar al ingreso, con un total de más de 5.millones de aspirantes, lo que consolidó la identificación popular con la ideología socialista, aun cuando no todos formasen parte del mismo. El PSUV tomó la tarea de ser la guía necesaria para la acción revolucionaria que permita desmontar el aparato político estatal burgués que pretende frenar la Revolución. Se plantea ser el referente ético para la sociedad, dedicar atención a la preparación política de sus miembros y de la sociedad para lograr la socialización de los nuevos valores y principios en la formación del hombre de la sociedad socialista. Es el responsable de potenciar la creación teórico intelectual que dote al proceso de una interpretación cabal y genuina de las teorías y de la historia de la construcción del socialismo y permita la elaboración de medidas transformadoras. Aportar dirigentes que contribuyan a la labor gubernamental, sin confundir las funciones del partido y las del gobierno, tarea difícil pero necesaria para garantizar el carácter democrático popular de toda la sociedad. El partido ha de proteger la aplicación de las transformaciones socialistas, garantizar la seguridad de las conquistas alcanzadas y contribuir a radicalizar el proceso. Debe ser un instrumento para lograr los cambios revolucionarios de la sociedad y no un fin en sí mismo. Otro gran desafío del proceso de transición hacia el socialismo del siglo XXI.
No hay verdades predeterminadas que estén marcando el camino en forma ineluctable. El futuro será el resultado del esfuerzo colectivo de los hombres resultante de infinitos paralelogramos de fuerza como dice Engels en algunas de sus cartas sobre el proceso histórico. Siempre hay opciones, a cada paso se abren numerosas posibilidades, el camino no está digitado por el dedo de la historia. Por eso valoramos tan profundamente la integralidad del esfuerzo revolucionario del presidente Chávez, su gobierno y su pueblo que con tanto empeño están haciendo capítulos que están dejando huellas en su país, en nuestra región y no pasa desapercibido por el resto del mundo. Desde aquí seguimos con interés creciente el próximo paso del 7 de octubre desde donde podrá darse un fuerte espaldarazo hacia la construcción del Socialismo Bolivariano, guía y faro para los pueblos e Nuestramérica.
Buenos Aires, junio de 2012
Bibliografía: Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. 24 de marzo 2000; Ernesto Guevara: Obras Completas. MACLA. Buenos Aires, 1997. Informe de un viaje a los países socialistas. (Pág. 50 a 66); Fidel Castro: Combate de ideas. Astralib. Cooperativa Editora. Buenos Aires, 2003; Le Monde Diplomatique, Buenos Aires, 2002. Chávez y la Revolución Bolivariana. Conversaciones con Luis Bilbao; Ministerio de Comunicación e Información de Venezuela. Las Misiones Sociales. Logros bolivarianos. www.mci.gob.ve 2/02/06; Marx y Engels: Del socialismo utópico al socialismo científico. En Obras Escogidas. Editorial Progreso Moscú. Pág. 414 a 450. IRMA ANTOGNAZZI, Socialismo del Siglo XXI en Hugo Biagini y Arturo Roig. Diccionario del Pensamiento Alternativo. Editorial Biblos. UNLa. 2008. Sobre el Partido Socialista Unido de Venezuela www.psuv.org.ve
[1] Ponencia presentada en el marco de la I Semana de la Rep. Bolivariana de Venezuela en Argentina, 19 al 24 de Junio de 2012. Conversatorio "Venezuela hacia el Socialismo en el Siglo XXI". Integrantes del panel. Embajador de la República Bolivariana de Venezuela, Gral. de Brigada (EJ.) Carlos E. Martínez Mendoza; Lic. Fernando Buen Abad (México); Lic. Irma Antognazzi. (Argentina). Consultar más: http://smlk.es/semanadevenezuelaenargentina
[2] Irma Antognazzi Historiadora. Directora del Grupo de Trabajo Hacer la Historia. Argentina. Email: hacerlahistoria@telecentro.com.ar
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