En sintonía con las decisiones y avances de la última cumbre de la UNASUR y el Consejo de Defensa Sudamericano (CDS), Argentina inicia institucionalmente una transformación gradual pero sostenida de sus FFAA y la concepción de Defensa en su seno.
Dicho proceso no es inmediato, ni sencillo. Pero es un enorme avance respecto a los últimos 20 años de democracia burguesa.
Después de la última etapa dictatorial en nuestro país, la idea de "juicio y castigo" quedó fuertemente arraigada en la sociedad en general. Esta idea, sin embargo, fue manipulada, maniatada, en tanto el reclamo era (¿era?) respecto a los militares en ejercicio durante el llamado Proceso de Reorganización Nacional. En consecuencia, no sólo los juicios por la verdad quedan prácticamente circunscriptos a los actores castrenses directos -excluyendo a los civiles- sino que, por extensión y por ausencia de una más profunda reflexión social y científica, la condena moral, ética, política y social se convirtió en un rechazo de lleno contra todo uniforme verde oliva.
Sin embargo, el estudio sistemático y científico de la historia, no sólo argentina, sino también latinoamericana y mundial, está dando sus frutos, y hoy es cada vez menos marginal(izada) el hecho de que las dictaduras latinoamericanas se inscribieron en un proceso macro de desestabilización de los pueblos, en pos de cortar los procesos de creación y adquisición de poder popular en los que se hallaban inmersos.
Las estrategias desarrolladas por el poder financiero transnacional para América Latina se resumieron en la llamada Doctrina para la Seguridad Nacional, y su manifestación concreta, el Plan Cóndor.
Dicho proceso, imperialista, asesino y contrarrevolucionario, tuvo como actor principal a las FFAA latinoamericanas y distintos sectores civiles relacionados en mayor o menor medida con el capital financiero transnacional (en pugna con los sectores burgueses industrialistas de corte nacional, al menos en Argentina).
De allí que el rechazo, la repulsión por "lo militar", encuentra una explicación obvia. Pero la ciencia debe ayudarnos a ir más allá de lo obvio.
La construcción de una democracia real, popular, inclusiva, precisa de mecanismos de defensa estratégicos y desarrollados. De otro modo, ¿de qué manera puede un pueblo, soberano y consciente de sí, defenderse de cualquier tipo de agresión? Esta "idea maniatada" de la que hablamos más arriba ha servido para que, en las narices del propio pueblo, se desarmen las FFAA, sin reemplazarlas, sin mejorarlas, sin reformarlas desde su base misma, sin dotarlas de una concepción que deje de colocarlas como enemigas potenciales de su propia nación.
¿Es posible un ejército del pueblo, que no busque "enemigos internos"; que no realice "tareas de inteligencia contra la subversión"; convirtiéndose en un poder más allá del poder, en un conjunto de mercenarios a sueldo? Debemos hacerlo posible.
Publicamos por ello íntegra la nota de Matilde Sosa sobre la Directiva de Política de Defensa Nacional, recientemente aprobada en noviembre pasado en nuestro país. En consonancia con los procesos de reestructuración de los organismos de defensa nacional, y con el advenimiento de un proyecto de defensa sudamericano subordinado al poder civil, debemos, como sociedad, exigir el más estricto cumplimiento del proceso de transformación de las FFAA, participando activamente de él, para que las mismas estén subordinadas a la sociedad, y no a la inversa, como, lamentablemente, estamos acostumbrados a estudiar en los libros de historia, y no sólo reciente.
*** *** ***
Argentina: Gobierno político de la defensa nacional
Por Matilde Sosa(*)
“DIRECTIVA DE POLÍTICA DE DEFENSA NACIONAL”
La función del Ministerio de Defensa de la República Argentina se establece como instrumento del gobierno político de la Defensa. La configuración histórica de las fuerzas armadas y la defensa nacional en la República Argentina constituyen antecedente más que suficiente -en la memoria sureña- como para jamás imaginarlo
posible, excepto un cambio histórico, político y cultural. Los cambios y las transformaciones llevan el tiempo de sus procesos, pero todo comienza algún día, alguna vez en algún lugar.
En Argentina, hoy la presidenta de la República Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, aprobó y puso en vigencia la “Directiva de Política de Defensa Nacional” que constituye el documento de más alto nivel de planeamiento del que se derivan los principales lineamientos de la política del sector.
El gobierno nacional argentino viene impulsando una política tendiente a hacerse cargo, como gobierno civil democráticamente elegido, de la defensa estratégica nacional en la autoridad política. Cuestión que, hasta ahora, estaba reservada culturalmente, o tomada exclusiva y decisoriamente, por el entorno castrense, y no por la máxima autoridad civil democrática, es decir presidencial.
Hoy, en la figura de la Presidenta Cristina Kirchner, o ministerial, en la de la Ministra de Defensa Nilda Garré, como principales propulsoras de esta impronta y de este reordenamiento constitucional para Argentina.
ANALOGIAS: DEFENSA NACIONAL, GÉNERO y DEMOCRACIA
Debe considerarse que ambos máximos cargos en Argentina son ejercidos por mujeres, superando desde el punto de vista de la “autoridad” y de forma inédita, una cuestión de género culturalmente inhibitoria. Consideración de género interesante, para analizar a su concurso y en analogía que de modo inédito también se establezca que lo político dirija la política de defensa nacional, y no lo militar, quien debe estar a la orden como ámbito instrumental y subordinado al gobierno político de la defensa.
De igual modo se manifiesta la intencionalidad política en línea, toda vez que talla en generar el reacomodamiento que corresponda en todo aquello que devenga de la Guerra Fría, tras el derribo de ciertas “certidumbres” que fueran abiertas entonces como incuestionables del hegemonismo macartista e imperial. Se trata pues de intervenir sobre acuerdos, convenios, memorandos de entendimiento entre EEUU y Argentina,
uno de 1956, otro 1960 y otro de 1964.
Argentina –en voz de su Ministra de Defensa en el contexto del encuentro con su par en el Pentágono, el Secretario de Defensa estadounidense Bob Gates- planteó que los mismos ya no responden a las exigencias del momento actual y al nivel de relaciones de los dos países, y que, sobre todo, ya no son coherentes con la legislación vigente en Argentina. Todos esos convenios fueron firmados en el marco de la Doctrina de la Seguridad Nacional cuando las Fuerzas Armadas se adjudicaron roles como el de la inteligencia interna, "que hoy están expresamente prohibidos en la Ley de Defensa".
Asimismo, lo político por delante, toda vez que el funcionamiento de los mecanismos multilaterales para la atención de conflictos discurren en ámbitos democráticos en paridad jerárquica, puesto que son los presidentes, o sus ministros, quienes se hacen cargo de la problemática, ya sea Regional o para los asuntos de Seguridad Internacional.
Los temas de Defensa en este tiempo y más precisamente, en este momento de inicio de siglo, están ocupando un lugar relevante en la agenda internacional y regional que vamos asumiendo y generando como propios. Y en esa agenda regional se empieza a entender, en especial en la región sureña, que hay cuestiones que son subrogadas del concepto de defensa, en tanto derivan o contribuyen, o sino tal vez constituyen, la
estrategia y la geopolítica soberana, que si bien no todos la traducen fuertemente antihegemónica, por lo menos señalan que, por encima de tales designios unipolares, en la región existen los propios en sintonías de vecindad. De tal modo pueden leerse, por ejemplo, las Cumbres de UNASUR, y su vertiente de Defensa, como puesta en acto político de La Defensa Nacional y la Seguridad Internacional Regional ante la
preocupación y alarma por las Bases militares instaladas en el hermano país de Colombia; el golpe en el hermano país de Honduras; o el intento que sufriera nuestro hermano país Bolivia. Solo a titulo de algunos ejemplos valgan.
LA CUESTION según MUJERES
En la región, la amenaza que se cierne sobre la liberación nacional e integración regional de los países –según explica Marta Harnecker en “Cómo cambiar la correlación actual de fuerzas en América Latina”- es del mismo corte. La escritora la manifiesta del siguiente modo: “El imperio –que continúa teniendo un enorme poder militar, político, económico y mediático- no puede aceptar que los países de América latina armen su
propia agenda independiente y contrapuesta a la agenda que él ha diseñado.”
La derecha internacional intenta debilitar procesos progresistas. En el día de hoy otra mujer, la senadora del Congreso del Partido Liberal de Colombia, Piedad Córdoba, manifestaba: "expresamos nuestra inmensa preocupación por lo que está ocurriendo en toda América Latina, en especial en Suramérica, por la forma en la que la derecha internacional se ha venido articulando para buscar la manera de debilitar los procesos
progresistas y atacar a los dirigentes y Presidentes…”
Y como dijimos, en el día de hoy otra Mujer quien es Presidente de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, firmaba el decreto que instruía sobre la directiva de política en un ámbito mayoritariamente reservado a lo militar que es la Defensa Nacional y sobre lo cual, según la lectura social hasta nuestros días, le cabía la delegación tácita de la defensa en los militares, excepto claro en estos momentos en que la Ministra de Defensa es justamente otra Mujer, y es quien considera el desafío de la defensa como política de Estado y del Gobierno Civil de la Defensa
DIRECTIVA DE POLÍTICA DE DEFENSA NACIONAL
La ”Directiva de Política de Defensa Nacional” encomienda trabajos y tareas a los diversos organismos de la jurisdicción y se estructura en tres capítulos:
I- Diagnóstico y apreciación del escenario de defensa global y regional;
II- Política de Defensa nacional: concepción y posicionamiento estratégico de la República Argentina;
III- Directrices para la instrumentación de la política de Defensa y de la política militar.
El decreto 1714/2009 fue suscripto por la Presidenta y refrendado por el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, el canciller Jorge Taiana, y la titular de Defensa, Nilda Garré, cuya cartera preparó el texto puesto en vigencia. Publicado en el Boletín Oficial el pasado jueves 12 del corriente.
SE INSTRUYE A DEFENSA COMO INSTRUMENTO
El Ministerio de Defensa recibe instrucciones para fortalecer la competencia de su función como instrumento del gobierno político de la Defensa, fortaleciendo todos sus organismos componentes.
Defensa debe crear un organismo logístico que garantice adecuados niveles de aprovisionamiento. También deberá profundizar y fortalecer el desarrollo de la industria de la producción. Además, el Ministerio debe continuar con el proceso de definición de las políticas educativas y de las estructuras de educación, formación y actualización de las FFAA. Subraya también la importancia de las políticas de Género.
El Estado Mayor Conjunto (EMCO) de las FFAA recibe la instrucción de reemplazar “el modelo basado en hipótesis de conflicto” por uno que se estructure “conforme al criterio de capacidades como factor de planeamiento”.
Los Estados Mayores de las Fuerzas Armadas (Ejército, Armada y Fuerza Aérea) deberán “proponer las modificaciones y readecuaciones de las estructuras orgánico funcionales pertinentes”.
El decreto ordena que “en este sentido, deberán eliminarse todos las funciones y organizaciones que no se hallen en sintonía y que colisionen con la tarea del Comando Operacional del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas”. Creado por decreto del gobierno nacional en febrero de 2007 proyecto político que encuentra continuidad en esta” Directiva de Política de Defensa Nacional” suscripta por la Presidenta de Argentina y la titular de Defensa, Nilda Garré.
(*) Periodista Argentina
Buenos Aires, 19 de noviembre de 2009. Argentina
Descarga en PDF
No hay comentarios.:
Publicar un comentario