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Las casualidades también hacen historia
La
muerte de Néstor Kirchner fue un hecho casual para esta particular coyuntura
histórica. Este hecho inesperado e imprevisto en esta coyuntura desencadenó un
salto cualitativo en la conformación del campo popular.
Decíamos en marzo de 2010 en el artículo “Los chirridos de
la historia” …. “este proyecto sin fuerza de masas no logrará imponerse por más
que … (la presidenta) no se doble ni se tuerza un paso. …Así como en la
historia no alcanzan los gritos (“que se vayan todos” fue un grito fuerte, pero
no alcanzó), ni la guerrilla (en los `70, fue fuerte pero tampoco alcanzó); ni alcanzan multitud de protestas
sectoriales y parciales, tampoco alcanzará con las medidas y los discursos de
una presidenta valiente. El proyecto, que apuntaría a desarrollar un
capitalismo de estado (de estado nacional) … que de alguna manera fue posible
en el peronismo histórico, hoy no se puede aplicar sin una condición: requiere
del pueblo movilizado. ... La presidenta … deberá conquistar su derecho a usar
el balcón de la Casa
Rosada. Todavía no pudo hacerlo pero eso será el símbolo de
la fuerza de masas que se necesita. Nada forzado, sino un pueblo que avance en
conciencia y en organización hará avanzar la historia a partir de re-conocer esta
etapa de puja entre los que quieren volver al ajuste y los que queremos medidas
que mejoren las condiciones del pueblo”…
Y agregamos hace apenas veinte días en la ponencia
presentada en las IX Jornadas del Grupo de Trabajo Hacer la Historia realizada en
Bahía Blanca en la
Universidad Nacional del Sur…
“…En la etapa de los
monopolios su poder es tal que no tiene posibilidades de buen éxito un gobierno
dispuesto a construir un estado nacional soberano si no cuenta con apoyo
popular activo capaz de sostener y defender el espacio democrático conquistado
y todas las medidas que apunten en dirección de controlar el poder ….sobre
ese umbral se pueden dar pasos hacia el
poder popular. …
Decíamos
“… (El pueblo) no tiene
todavía proyectos propios que aglutinen sus fuerzas y sus intereses y no ha
logrado generar su propia dirección política. El más cercano sería el proyecto peronista siglo XXI, que tiene
una gran ventaja para el pueblo mejorando el campo del empleo y el poder
adquisitivo así como las libertades públicas en general. Pero sobre todo
porque independientemente de sus
objetivos desencadena un estado deliberativo que hace crecer
conciencia en el pueblo al advertir las fuerzas en pugna. ..”
Hasta ayer estos dichos tenían total validez. Lo nuevo es
que la muerte repentina de Néstor Kirchner ha puesto en evidencia que se estaba gestando esa fuerza y
esa conciencia. Pero además el hecho le agregó un peso tal que lo hizo cambiar
de calidad. Ahora es un pueblo que se compromete a sostener el proyecto de gobierno
que está en marcha desde hace 7 años. No fue la Presidenta quien
convocó desde el Balcón. Fue una de esas raras casualidades de la historia.
Kirchner, su compañero y compañero de equipo, con su muerte joven y brusca,
convocó al pueblo a manifestarse y le arrancó un “¡Sí! ¡Estamos!”. La
Presidenta recibió, no sólo lágrimas, sino voces que
multiplicadas por miles de nuevos militantes dicen “¡Te apoyamos! ¡Convocanos que aquí estamos”! Es notable el resultado de este hecho
inaudito: es como si hasta acá Néstor y Cristina eran lo suficientemente
fuertes como para hacer por todos, era como que permitían mantener la
democracia representativa; y de repente, el pueblo dice ¡aquí estamos! Su
muerte sorpresiva hizo dar el salto que faltaba. Lo que fue estupor y vacío
duró apenas unas horas o unos minutos. Fue cubierto con creces por millones de
jóvenes que están dispuestos a ocupar ese lugar para defender lo que es suyo
junto a la Presidenta
y a responder a su convocatoria. El que grita
“¡Fuerza, Cristina, no aflojes!”,
sabe que los poderosos de la economía y de las finanzas se le enfrentarán
aunque en estos momentos están todavía tomándose la cabeza para ver por dónde
golpear en este nuevo escenario donde se ha corporizado su enemigo de clase: el
pueblo con ideas muy claras como no las tuvo nunca antes. No cabe duda que pasó
algo así al advertir los dichos y los actos de esos jóvenes, los que sufrieron
la derrota de nuestra militancia de los 70’ y los más jóvenes aún que nacieron en el
desparpajo de la democracia y no en los chupaderos de la dictadura.
Volviendo al texto decíamos que este proyecto de construir
un estado nacional no tiene perspectivas de triunfar frente al poder de los
grupos financieros más concentrados si no logra apoyo popular. Pero decíamos y
lo ratificamos que ese apoyo popular es
el que va a permitir superar la democracia representativa y avanzar hacia el
poder popular, porque se trataría de un
salto cualitativo, de un salto revolucionario. Y esa posibilidad abierta es a
la que temen los enemigos de clase.
¿Por qué
quieren derribar al gobierno los grandes grupos financieros si han acumulado
capital como nunca antes? Porque quieren
ser gobierno ellos mismos, sus gerentes y socios de las empresas como lo fueron
desde la dictadura militar en adelante. Porque saben que el peligro para ellos
está precisamente en el pueblo movilizado en torno a un gobierno que les sea
suyo.
Pero el pueblo no es todavía homogéneo políticamente y sobre
esa situación operan los ideólogos del poder financiero para dividir y
confundir.
Los que saben que éste es un proyecto capitalista y además
conocen dónde se produce la riqueza y cuáles son los mecanismos por las que
algunos se las apropian, suelen tener dificultad para advertir que a pesar de
eso, este proyecto con apoyo de masas podría llegar a transformarse en una
democracia con poder popular. Otros que
hacen discursos pretendiendo repetir el programa del peronismo histórico hacen
listas de buenos deseos y reclaman que sea el gobierno el que los lleve
adelante. Otros a los que falazmente se les llama ultraizquierdistas, que usan
todas las combinaciones posibles de las letras S,T,M,P,R.O, I,C, se aferran a
una teoría mal entendida que usan como receta. Mientras pasaba el pueblo
mostrando su dolor, su rabia y su fuerza, estaban repitiendo frases hechas y
dando el gusto a quienes no salían a expresarse porque confían en que hay una
izquierdosidad que les ayuda en su plan siniestro de debilitar y hasta
destituir al gobierno.
Ninguna de estas variantes que se colocan en la oposición a
ultranza se pregunta por los sujetos que podrían hacer esos cambios deseados y
necesarios. Aferrarse a gritar por
buenos programas o por el socialismo y la revolución sin ver los momentos como
éste en que el pueblo se mete en la historia con ganas de hacer, de poder, de
transformar, es una caricatura de pensamiento revolucionario.
Sin apoyo de masas no alcanzará la gritería de esos grupitos
de “ultraizquierda” ni los discursos de la “centro- izquierda” para mejorar la
situación de todo el pueblo. Ganarían espacios los que todavía tienen el poder
económico y financiero. Se necesita mucha fuerza para modificar esta
correlación actual. ¿No sería efectivo que tomemos como eje de nuestras
políticas contribuir a que el pueblo sea convocado para defender las medidas de
gobierno necesarias para ir recortando el poder financiero?
Pero bueno, la historia dirá si alguno de ellos se da cuenta
que el pueblo está yendo por otro lado. Ese pueblo que mostró que ya supera al
techo del propio peronismo porque anda detrás del poder popular. Ese pueblo que
dialogó con la Presidenta
desde su silencio y su dolor, quien con pocas señales de sus manos y su rostro
supo demostrarles lo que pensaba y sentía. ¡Con qué sensatez asistieron los
presidentes de la UNASUR
y de Cuba para decir con sus cálidos abrazos, ¡miren aquí no se jode! ¡Aquí ni
intenten golpes de estado!
La “oposición” de clase -el gran poder económico-financiero
y sus voceros políticos- buscará salir del atolladero en que las ha puesto un
hecho casual de la historia que contribuyó a que se produzca este salto
cualitativo. No les será fácil. Sobre todo ahora que quedó habilitado el Balcón
de la Rosada y
más aún, porque fue adentro de nuestra Casa de Gobierno donde entró el pueblo a
decir lo suyo, a reclamar lo que necesita y a dar su apoyo a la Presidenta para que
se profundice el modelo, no para frenarlo.
Pero hay que pisar con pie de plomo. ¿Ustedes saben dónde
pisan? ¡Cuidado!, miren que en el camino hay espinas pero también están
naciendo flores.
Irma Antognazzi.
Directora del Grupo de Trabajo Hacer la Historia
Buenos
Aires, Argentina. 2 de noviembre de 2010.
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